Carl Wilhelm Scheele fue un
brillante químico-farmacéutico sueco, muy conocido por sus trabajos
farmacéuticos y por el descubrimiento de muchos elementos y compuestos químicos,
aunque muchas veces el mérito no se le reconozca a él. Probablemente descubrió
o ayudó a descubrir el mayor número y variedad de sustancias que ningún otro
químico en igual periodo de tiempo. Fue uno de los mejores químicos del siglo
XVIII y contribuyó de manera muy significativa a que Suecia esté a la
vanguardia en la química de esa época.
Nació el 09 de diciembre de 1742 en
Stralsund, Pomerania, que en esa época pertenecía a Suecia y durante muchos
años ha sido provincia de Alemania. Por su ascendencia alemana normalmente
escribió en alemán, pero hizo todo su trabajo en sueco y es considerado un
químico sueco. Fue el sétimo de once hermanos y el único medio de sostener su
numerosa familia era que los hijos trabajaran desde pequeños. Carl Wilhelm hizo
de aprendiz de boticario, oficio que en aquellos tiempos podía ser tan bueno
como una educación universitaria en química, pues los boticarios generalmente
preparaban sus propias medicinas y se interesaban profundamente en ellas.
En su ciudad natal se convirtió en
un excelente boticario y realizó una amplia investigación sobre productos
químicos tóxicos. Entre 1770 y 1775 trabajó en boticas muy importantes de
Estocolmo y Uppsala. Tuvo la oportunidad de obtener un puesto en la
universidad, pero prefirió seguir como boticario y dedicarse más a la
investigación. Como catedrático hubiera sido uno de tantos, pero como boticario
fue el mejor que conoció la humanidad. Posteriormente trabajó en Köping, ciudad
donde instaló su propia farmacia y se dedicó por el resto de sus días a la
investigación científica.
Fruto de sus estudios son el
descubrimiento del oxígeno y el nitrógeno en 1772-1773, lo que describió en su
único libro Chemische Abhandlung von der
Luft und dem Feuer (“Tratado químico del aire y del fuego”) que, por
negligencia del editor, fue publicado recién en 1777. El oxígeno lo descubrió
calentando distintos óxidos metálicos (como el de mercurio) que lo liberan con
facilidad, trabajo que hizo en forma independiente y con anterioridad al
químico inglés Joseph Priestley (a quien se le atribuye este logro) que lo preparó
en 1774 usando el mismo método. El descubrimiento del nitrógeno es atribuido a
Daniel Rutherford quien lo preparó en 1772 casi simultáneamente con Scheele.
Algunas veces se le asigna incorrectamente el haber descubierto el wolframio o
tungsteno, pero realmente solo sugirió su existencia en el mineral scheelita (tungstato cálcico, CaWO4)
y logró aislar el trióxido de wolframio WO3, pero no el elemento.
Por el año 1774 preparó el cloro,
pero no lo reconoció como un elemento, pensó que era un compuesto de oxígeno.
Treinta años después Humphry Davy lo reconoció como un elemento y a él generalmente
se le atribuye este mérito. También descubrió otros elementos químicos como el
bario y el manganeso en 1774 y el molibdeno en 1778. Descubrió muchos
compuestos orgánicos e inorgánicos aislándolos de plantas, animales y minerales
como: la glicerina, los ácidos fórmico, tartárico, úrico y láctico demostrando que este último es el componente ácido de la leche agria y
los ácidos arsénico y
molibdénico. Aisló y determinó las propiedades y
composición de los ácidos cítrico, málico, oxálico y gálico. Preparó e investigó compuestos muy
venenosos como: fluoruro de hidrógeno, cianuro de hidrógeno (también conocido
como ácido prúsico), sulfuro de hidrógeno y compuestos del arsénico.
Además, descubrió diferentes grados de oxidación del hierro, un método de obtención de
fósforo a partir de los huesos, un proceso similar a la pasteurización y la acción que ejerce la luz
sobre las sales de plata. Su nombre también se asocia con uno de los mayores
misterios de la astrofísica y astroquímica actuales: la composición de la
materia oscura. Sus escritos fueron publicados póstumamente
en un volumen titulado Recopilación de
artículos de Carl Wilhelm Scheele (1931).
Scheele no tuvo una buena salud, el
reumatismo que padecía se agravó por sus largas horas de trabajo. Renunció
prácticamente a toda vida social a favor de su única pasión, la ciencia, y
cuando decidió casarse ya estaba en el lecho de muerte. Como muchos químicos de
su época, trabajaba habitualmente en condiciones muy peligrosas. Además, tuvo
el mal hábito de probar los compuestos químicos que descubría lo que, al parecer,
fue la causa de su muerte a los cuarenta y tres años de edad. Murió en Köping
el 21 de mayo de 1786, sus síntomas finales recuerdan a un envenenamiento con
mercurio.
BIBLIOGRAFÍA
Q.F. JUAN JOSÉ LEÓN CAM <jjleon@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina. PERÚ.