lunes, 28 de noviembre de 2011

PROTECTORES SOLARES

Los efectos de la radiación solar sobre el hombre dependen de las características individuales, de la piel expuesta, la intensidad, la frecuencia y el tiempo de exposición, que a su vez dependen de la localización geográfica, estación del año, periodo del día y condición climática. Sus efectos pueden ser beneficiosos al ser humano, como sensación de bienestar, estímulo a la producción de la melanina (pigmento localizado en las células externas de la piel) con el consecuente bronceado, tratamiento de la ictericia, etc. Sin embargo, cuando no se toman los cuidados debidos en cuanto a la radiación solar recibida, también puede afectar al organismo.

Los efectos dañinos de la luz solar se deben a su contenido de radiación ultravioleta (UV), la que se ha dividido en 3 zonas (A, B y C) según su longitud de onda y contenido de energía. El 5% de la radiación UV sobre la superficie terrestre corresponde a la UVB (280-320 nm) y el 95% a la UVA (320-400 nm). La UVC (<280 nm) es una radiación portadora de elevada energía, característica que la torna extremadamente dañina a los seres vivos. Felizmente, nada de radiación UVC y sólo una pequeña fracción de UVB llegan a la superficie terrestre, pues ambas son absorbidas por la capa de ozono.


La radiación UVA penetra más profundamente en la dermis de la piel induciendo la pigmentación y promoviendo el bronceado. También causa daños al sistema vascular periférico e induce cáncer a la piel, dependiendo del tipo de piel y del tiempo, frecuencia e intensidad de exposición, además puede contribuir de manera indirecta a la formación de radicales libres.
La alta energía que posee la radiación UVB, con gran frecuencia ocasiona quemaduras, induce al bronceado, es responsable de la transformación del ergosterol epidérmico en vitamina D y causa envejecimiento precoz en las células. Una exposición frecuente e intensa a esta radiación puede lesionar el ADN y suprimir la respuesta inmunológica de la piel, aumenta el riesgo de mutaciones que se manifiestan como cáncer a la piel y reduce la posibilidad de que una célula maligna sea reconocida y destruida por el organismo.

Los peligros de la radiación UV pueden ser minimizados por el empleo de protectores solares, los que inicialmente se desarrollaron para proteger la piel contra las quemaduras de sol (o sea contra la radiación UVB), permitiendo el bronceado por la UVA. En los últimos años, por la disminución de la capa de ozono se han incrementado los niveles de la radiación UVB, por lo que se ha creado un nuevo concepto: un protector solar eficiente, es decir que sea capaz de prevenir no sólo una quemadura, sino también reducir todas las lesiones inducidas por la radiación UV. El factor de protección solar (FPS) mide la efectividad del producto para prevenir las quemaduras solares. Indica cuánto tiempo puede prolongar el protector el enrojecimiento de la piel. Supongamos que su piel, sin usar protector, se enrojece luego de 10 minutos al sol. Al aplicarle, por ejemplo, un protector solar con FPS 20, demorará en enrojecerse 20 veces más, es decir, 200 minutos.

Proteger la piel frente a la radiación UV significa convertir la energía de ésta en otra forma de energía y tener garantía de que esta nueva forma no sea perjudicial a la piel, por lo que los filtros UV contenidos en las formulaciones de los protectores solares necesitan ser química y fotoquímicamente inertes. Existen 2 tipos de filtros solares: los orgánicos (benzofenona, ácido p-amino-benzoico, etc.) y los inorgánicos (óxido de titanio, óxido de zinc, etc.). Los orgánicos generalmente son compuestos que protegen la piel absorbiendo la radiación UV y transformándola en radiaciones con menor energía, inofensivas para el ser humano, mientras que los filtros inorgánicos lo hacen mediante la reflexión de la radiación. No obstante, hay compuestos orgánicos que además de absorber reflejan la radiación UV.


La química tiene un papel fundamental en la formulación de protectores solares. El grado de protección alcanzado por los protectores solares está asociado a un mejor conocimiento de las estructuras (los filtros) con capacidad de absorber y/o dispersar la radiación solar y sus interacciones con los otros componentes. Con una misma concentración de filtro solar pueden obtenerse diferentes factores de protección solar (FPS) variando la formulación.
BIBLIOGRAFIA
·     Quimica Nova Vol. 30, N° 1, 153-158, (2007).

Mg. Sc. CARMEN RODRÍGUEZ BEST <carb@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA TOXINA QUE REJUVENECE

El Clostridium botulinum es una bacteria que tiene la forma de bastón y que se desarrolla mejor en condiciones de poco oxígeno (anaeróbica). La ingestión de alimentos contaminados con esta bacteria produce el “botulismo” (diferente al botulismo adquirido por las heridas y al botulismo infantil) enfermedad que es un envenenamiento producido por la potente toxina que paraliza los músculos y que sintetiza la bacteria durante su desarrollo.

Los síntomas del botulismo se manifiestan 18 a 36 horas después de ingerir el alimento contaminado. Los principales signos son: visión doble o borrosa, debilidad general, falta de reflejos, dificultades para tragar, respirar o hablar, vértigos, parálisis flácida y, muchas veces, la muerte por insuficiencia respiratoria y obstrucción de la tráquea. La toxina botulínica es de naturaleza proteica y se destruye al ser calentada a 80ºC por 10 minutos. Es uno de los más potentes venenos naturales y se conocen 7 tipos designados con las letras A hasta la G; pero sólo los tipos A, B, E y F causan botulismo en humanos.

La bacteria forma esporas resistentes al calor (termo-resistentes) que pueden sobrevivir en estado latente durante largos periodos, que pueden ser llevadas por el viento y llegar a los alimentos. Una vez ingerido éste, las esporas germinan en el colon y desarrollan la bacteria.

La enfermedad no tiene una incidencia muy grande, pero es de gran impacto por su alta tasa de mortalidad: de no ser tratada adecuadamente y a tiempo, un 5 a 10% de las personas con botulismo fallecen. En la mayoría de casos, la intoxicación se produce por consumir alimentos procesados inadecuadamente o enlatados en forma casera (salchichas, carnes, vegetales y productos marinos). El microorganismo y sus esporas están ampliamente distribuidos en la tierra de cultivo, en sedimentos de ríos y lagos, en el tracto intestinal de peces y mamíferos, en las branquias y vísceras de crustáceos y mariscos.


Las investigaciones sobre botulismo se iniciaron en Alemania (1820) por los numerosos fallecimientos producidos por la intoxicación con salsas de carne (de butulus = salsa). En 1895, después de una ceremonia fúnebre, Emile van Ermengem logró aislar la bacteria y sus esporas de los restos de la comida (un típico plato de jamón salado) con la que se intoxicaron los miembros de la orquesta y que dejó un saldo de 3 fallecidos.

El interés por la toxina recrudeció por sus posibles usos terapéuticos y como arma biológica. Durante la II Guerra Mundial (1943), los británicos informaron que los alemanes pensaban bombardear Gran Bretaña con estas toxinas. En 1944 Edward Schantz cultivó la bacteria y separó la toxina. El bombardeo de Londres nunca se realizó y la toxina encontró más bien una aplicación pacífica: en los años 50 fue usada por varios políticos por razones médico-estéticas y, aparentemente, Ronald Reagan Presidente de los Estados Unidos, fue uno de los primeros en ser tratado.

En 1980, Allan Scott (Universidad de Wisconsin), con permiso de la FDA, inoculó toxina botulínica a voluntarios que sufrían de estrabismo (sus ojos miran en direcciones diferentes), previamente había ensayado en monos. Luego ha sido utilizada para tratar ciertas formas de tortícolis y otros desórdenes musculares, para suavizar las líneas del rostro, para disminuir o desaparecer temporalmente las arrugas, para tratar dolores faciales severos, para bloquear la excesiva transpiración de las axilas, entre otras.


Los músculos funcionan cuando reciben las señales del cerebro, las que son transmitidas a través de “acetil-colina” un mensajero químico. Una excesiva producción de acetilcolina provoca que los músculos estén siempre contraídos. Cuando se inyecta la toxina, se paralizan los músculos de la zona y se bloquea la liberación de acetilcolina, reduciéndose o deteniéndose los movimientos involuntarios de esa área y también produce una parálisis flácida, es decir, los músculos se mantienen relajados, eliminando así las arrugas de la piel.

La toxina ha recibido varias autorizaciones de la FDA para tratar afecciones como estrabismo (1989), blesfarospasmo (parpadeo involuntario incontrolable) y espasmos hemi-faciales (2000), distonía cervical (movimiento muscular incontrolable en el cuello y áreas cercanas), eliminación de las líneas del ceño (2002), transpiración axilar (2004). El uso de la toxina no se recomienda en personas con enfermedades nerviosas, mujeres embarazadas o en lactancia y pacientes cardiacos. Gracias a la toxina botulínica, artistas que sufrían distonías musculares han vuelto a tocar el piano y el violín. De esta manera, el Clostridium botulinum que diezmó una banda musical en 1895, ha pagado su deuda con el arte después de casi un siglo.

BIBLIOGRAFÍA
·     Rev Chil Infect Edición aniversario 2003; 39-41
·     http://www.wellnesskliniek.com/es/tratamientos-antiarrugas

Q.F. JUAN J. LEÓN CAM <jjleon@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria la Molina.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿MANZANA MADURA O PODRIDA?

El etileno es un gas incoloro, más liviano que el aire, de fórmula CH2=CH2, muy inflamable y soluble en agua, Es sintetizado por los propios tejidos vegetales en los que produce un aumento en la actividad respiratoria, adelanta el envejecimiento (senescencia) y otros cambios. Aún a bajas concentraciones, tiene efecto prácticamente en todas las etapas del ciclo biológico: desde la germinación de las semillas, la maduración, hasta la senescencia.

También se encuentra en las emanaciones de frutas, hortalizas, flores, etc. Se produce en casi todos los órganos de las plantas superiores, aunque la tasa de producción depende del tipo de tejido y del estadío de desarrollo. En el caso de las frutas, la magnitud de su respiración representa un buen índice para conocer el tiempo en que puede conservarse después de recolectada, pues cuanto mayor es su respiración, desprende mayor cantidad de anhidrido carbónico (CO2) lo que indica una vida de almacenamiento corta.

Al ser recolectadas, las frutas pierden su fuente natural de nutrientes; sin embargo, los tejidos vegetales continúan respirando y desarrollando sus actividades metabólicas, con formación de CO2 y agua a partir de los azúcares, ácidos orgánicos y sus otros componentes.

Algunas frutas (manzana, melocotón, ciruela, chirimoya, mango, plátano, palta, papaya, entre otras), disminuyen la intensidad respiratoria durante su desarrollo en la planta y, después de la recolección, la intensidad continúa disminuyendo hasta alcanzar un nivel mínimo; luego, aumenta hasta llegar a un valor máximo (pico climatérico) después de lo cual disminuye nuevamente al comenzar la senescencia. En el período en que estas frutas (llamadas frutas climatéricas) alcanzan el pico climatérico, se inicia una serie de cambios bioquímicos debido a la producción de etileno, que aceleran los cambios hacia la maduración. Algunos cambios son perceptibles (color, textura, dulzor, astringencia, sabor y aroma), mientras que otros no los percibimos (aumento de las enzimas que ablandan el tejido, aumento de la pigmentación de los frutos y la hidrólisis de los almidones).


Puesto que este gas acelera el proceso de maduración, para alargar el periodo de conservación de las frutas es preciso evitar su acumulación (con una adecuada ventilación). Si el etileno producido por una fruta madura se acumula en las cercanías de frutas no maduras, desencadena rápidamente su maduración y acelera el deterioro de las vecinas. Así, la acción del etileno sustenta el dicho popular de: “una manzana podrida pudre a las demás”.

El transporte de etileno en los vegetales es de célula a célula. Como el etileno es soluble en agua, puede ser transportado en disolución y como es no polar atraviesa las membranas celulares muy rápidamente, por lo que su área de acción es próxima al lugar en que es sintetizado. El etileno constituye un caso especial, pues se forma durante el proceso de maduración de muchas frutas y se considera como la hormona natural de la maduración.

Otras importantes funciones que desempeña el etileno en los vegetales, son: inicia la germinación de las semillas, inhibe el crecimiento de la raíz, promueve la floración, etc. Las plantas sintetizan el etileno a partir de la metionina, un aminoácido de fórmula C5H11NO2S y si la planta es sometida a condiciones ambientales de estrés incrementa su producción de etileno.


Después de la cosecha, las principales causas del deterioro de las frutas, hortalizas y flores son las pudriciones, daños mecánicos, sobremaduración y marchitamiento. Con el uso de envases activos y con la utilización de emanadores y removedores de gases, pueden mejorarse los métodos de conservación de vegetales y alargar su vida útil. El etileno puede removerse por métodos físicos y químicos, por ejemplo, cubriendo los envases con sustancias que lo retengan o modifiquen (alúmina o silicagel impregnada en permanganato de potasio) y con ello disminuir la velocidad de maduración.

bibliografía
·     Primo Yúfera, E. (1998.)Química de los Alimentos. Madrid-España. 143, 330-334.
·     BOWER, J.; BIASI, W.; MITCHAM, E. 2003. Effects of ethylene and 1– MCP on the quality and storage life of strawberries. Postharv. Biol. Tech. 28: 417423.
·     DA SILVA, M.; LAJOLO, F.; GENOVESE, M. 2008. Bioactive compounds and quantification of total ellagic acid in strawberries (Fragaria x ananassa Duch). Food Chem. 107: 1629–1635.
·     http://frutas.consumer.es/documentos/conozcamos/maduracion.php

Dr. ELVITO VILLEGAS SILVA <elvito@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina

lunes, 7 de noviembre de 2011

PASTEUR: QUÍMICO Y MÉDICO (Parte II)

Sin ser médico, Louis Pasteur dio a la medicina un enorme impulso, fue un hombre destinado a servir a la humanidad transformando los conceptos existentes sobre las enfermedades infecciosas y enseñando una nueva manera de luchar contra ellas.

Para refutar la teoría de la “generación espontánea” Pasteur estudió, en 1860, el aire atmosférico en su laboratorio, en la cima de las montañas y bajos todas las circunstancias concebibles. Observó que en los frascos calentados a ebullición y luego cerrados herméticamente no había desarrollo de microorganismos, mientras que cuando los abría se contaminaban. También utilizó para sus demostraciones frascos de cuello de cisne, en los que hacía hervir el caldo hasta desplazar el aire del recipiente. Al enfriarse el contenido y disminuir la presión interior el aire ingresaba nuevamente. Si éste se dejaba entrar lentamente, las partículas en suspensión se depositaban (por acción de la gravedad) en el cuello y no había un posterior desarrollo microbiano mientras no se agitase o inclinase el recipiente. Pero si se inclinaba el frasco y el caldo alcanzaba el cuello, ahí sí había un desarrollo microbiano.




Los resultados de sus investigaciones fueron publicados y le valieron un premio de la Academia de Ciencias. Posteriormente, el 7 de abril de 1864, en un Simposio realizado en La Sorbona y con la presencia de los más ilustres hombres de ciencia de la época, Pasteur logró refutar la teoría de la generación espontánea e instaurar la teoría microbiana en la ciencia.

En 1865 comenzó a estudiar dos enfermedades del gusano de seda y descubrió los agentes causantes de grandes pérdidas en la sericultura. Ideó métodos para identificarlos y medidas que evitaban su transmisión, salvando así la industria de la seda en Francia, en Austria, Italia y el Asia Mayor.

Aunque en 1868 Pasteur sufrió una hemiplejia que paralizó parcialmente su brazo y pierna izquierdos y no obstante que tuvo que afrontar la pérdida de tres de sus hijos, su entereza y profundo espíritu religioso, además de la importante y devota colaboración de su esposa, le permitieron dedicarse al estudio de las enfermedades contagiosas y enunciar la teoría germinal de las enfermedades. A su juicio, el origen y evolución de las enfermedades se parecían al proceso de fermentación, ya que las patologías surgían por el ataque de gérmenes provenientes del exterior del organismo.


En 1873 Pasteur fue incorporado a la Academia de Medicina y entre 1877 y 1886 realizó muchos y significativos descubrimientos para la ciencia, dando un tratamiento científico a los problemas inmunológicos. Logró obtener la primera vacuna a base de microorganismos atenuados, introdujo la inmunización artificial para enfermedades como el carbunco. En 1885 realizó la primera vacunación antirrábica en humanos, salvando de la muerte al niño Joseph Meister que había sido mordido gravemente por un perro con rabia. A este caso siguieron muchos, los que le dieron reconocimiento universal y el apoyo definitivo a su método de inmunización, que abría perspectivas prometedoras para la prevención y tratamiento de muchas enfermedades.

El éxito y resonancia mundial de sus descubrimientos fue tal que se hizo una colecta internacional para que el científico desarrollara su instituto de investigaciones científicas. En noviembre de 1886 presentó manifestaciones de insuficiencia coronaria. A pesar de ello, con la ayuda de su esposa y de su fiel yerno, logró continuar supervisando la creciente labor de sus colaboradores. El 14 de noviembre de 1888 se inauguró el Instituto que lleva su nombre, centro que tenía como objetivo difundir la obra de Pasteur y desarrollar investigaciones sobre males infecciosos.


Su salud declinó progresivamente, su actividad se limitó a observar ocasionalmente las tareas de su laboratorio y a recibir la visita de sus colaboradores. El 28 de diciembre de 1895 falleció este gran hombre de ciencia después de una serie de accidentes cerebro-vasculares.

Louis Pasteur recibió todos los honores y reconocimientos que Francia (su patria) las sociedades científicas y los gobiernos extranjeros le otorgaron, habiendo sido la creación del Instituto Pasteur de París, que trabaja por el bien de la humanidad, uno de los más apreciados. Sus contribuciones a la química, industrias alimentarias, microbiología, inmunología, cirugía, entre otras, se debieron a su modestia, perseverancia y laboriosidad en los campos en que incursionó y también, como solía decir, a que “la casualidad favorece sólo a las mentes preparadas”.

BIBLIOGRAFÍA
·     http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Institut_Pasteur,_Paris_1.jpg

MSc. CARMEN RODRÍGUEZ BEST <carb @ lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina.