En 1930 Kurzok y Lieb notificaron que el semen humano producía cierto estado de relajación en algunos segmentos del útero de la mujer si ésta ya había estado embarazada, pero ejercía el efecto contrario en mujeres estériles. Tres años más tarde, en forma independiente, Ulf y Von Euler (compartió el premio Nobel de Medicina 1970 con Axelrod y Katz) descubrieron que estos efectos eran debidos a unas sustancias que llamaron prostaglandinas porque se encontraban en el líquido seminal del hombre, secretado por la próstata.
Actualmente se sabe que las prostaglandinas son un grupo de muchas sustancias similares, consideradas mediadores celulares porque desempeñan diversas funciones en todos los tejidos de mamíferos y líquidos biológicos. Existen, en pequeñísimas cantidades, en casi todas las células del organismo, a excepción de los glóbulos rojos. Son los agentes biológicos más potentes, su acción no es igualada por ningún otro compuesto natural conocido.
Todas las prostaglandinas son conocidas con las siglas “PG” seguidas por un número o letra que sirve para individualizarlas. Son ácidos carboxílicos insaturados de 20 átomos de carbono que constan de un anillo de 5 carbonos unido a 2 cadenas: una de 7 y otra de 8 carbonos. En el hombre, el precursor más importante de las prostaglandinas es el ácido araquidónico (que también tiene 20 átomos de carbono y 4 enlaces dobles), el cual se forma a partir del ácido linoleico. Primero se sintetizada la prostaglandina PGH2 y, a partir de ella, se sintetizan las demás.
Entre las principales funciones biológicas que cumplen las prostaglandinas, tenemos: contracción y relajación de músculos lisos, vasodilatación, disminución de secreciones gástricas y de la aglutinación de plaquetas en la coagulación, control de la inflamación, alteración de las funciones renales, estimulación de las contracciones uterinas en el parto.
En 1960 el sueco Sune K. D. Bergström logró cristalizar las dos primeras prostaglandinas, denominadas E y F. Posteriormente ellas fueron sintetizadas a partir de ácidos grasos. Cinco años más tarde se pudo aislar la medulina de la médula renal del conejo, ahora identificada como prostaglandina A (PGA).
Por sus investigaciones en este campo, Bergström, Samuelson y Vane compartieron el Premio Nobel de Medicina, 1982. Los estudios de Bengt I. Samuelsson (sueco) han permitido esclarecer los procesos químicos por los que se forman las prostaglandinas y su metabolismo. Por su parte, el farmacólogo inglés John R. Vane estudió los efectos biológicos de las prostaglandinas y encontró que la actividad de ciertas sustancias anti-inflamatorias como el ácido acetil-salicílico (“Aspirina”) se debe a que bloquean la acción de las prostaglandinas.
Las prostaglandinas también se utilizan en la identificación de enfermedades de próstata y riñones. Entre sus otras funciones están: regular la fiebre, la inflamación de los tejidos, el asma bronquial, la ovulación, la artritis, el glaucoma y tiene efectos en el sistema inmunológico.
Estos conocimientos han permitido desarrollar tratamientos médicos eficaces para la inducción del parto, para inhibir la secreción gástrica en casos de úlceras estomacales, para aliviar dolores menstruales, entre otros.
BIBLIOGRAFÍA
1. YURKANIS BRUICE, PAULA (2008). Química Orgánica. 5º Edición. Pearson Educación.
Q.F. Juan J. León Cam <jjleon @ lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. U. Nacional Agraria La Molina
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