lunes, 26 de septiembre de 2011

EL TEMIBLE MERCURIO

El mercurio, de símbolo Hg, es el más volátil de todos los metales, siendo el único metal líquido a temperatura ambiente. Puede encontrarse en forma de metal, formando sales inorgánicas o compuestos orgánicos. Su toxicidad depende de la forma en que se encuentre: el mercurio líquido no es tan tóxico y la mayor parte de lo ingerido se excreta; las sales inorgánicas tampoco son muy tóxicas (se eliminan por la orina), pero las formas orgánicas (especialmente el dimetil-mercurio) son las más tóxicas y se absorben por los tejidos, pudiendo permanecer en el organismo durante largos períodos. En el medio ambiente, sus diversas formas se interconvierten: el mercurio líquido se transforma en dimetil-mercurio en los sedimentos fangosos de los ríos y lagos por la intervención de algunos microorganismos.

El mercurio elemental se utiliza en lámparas fluorescentes y lámparas de mercurio, termómetros, barómetros, interruptores eléctricos, bombas de difusión, rectificadores, tacómetros y termostatos. Sus compuestos se usan en la fabricación de pinturas, fungicidas, medicamentos, cosméticos, etc. Muchas aplicaciones aprovechan su capacidad de conducir la electricidad, otras las cualidades antisépticas y conservantes de algunos de sus compuestos. En agricultura y en la industria se han utilizado como fungicidas para reducir las pérdidas a causa del ataque de los hongos.

Además de los volcanes que son una gran fuente de emisión de mercurio, las actividades humanas (fuentes antropogénicas) como la combustión de carbón, petróleo y gasolina contribuyen en forma importante porque, aunque lo contienen en trazas, son de uso masivo. La incineración de residuos municipales (si tienen productos con mercurio, como baterías), la extracción de oro o plata si se hace por la formación de amalgamas, son importantes fuentes de contaminación. Se calcula que por cada gramo de plata producida se vierte alrededor de un gramo de mercurio hacia la atmósfera. También se encuentra en cantidades importantes en las aguas negras, por el uso que hacen muchas personas de compuestos químicos, farmacéuticos y pinturas, que lo contienen en pequeña cantidad.


Las amalgamas son soluciones sólidas o aleaciones formadas con mercurio y casi cualquier otro metal o combinación de ellos. La amalgama dental, usada por los dentistas, se prepara combinando mercurio líquido y una mezcla de plata y estaño. Actualmente se prefiere el uso de resina o porcelana porque las amalgamas recién preparadas liberan algo de mercurio cuando se mastica un alimento; además, la acción de la saliva puede ayudar a liberar mercurio.

El mercurio llega al hombre a través de compuestos agrícolas (fungicidas e insecticidas) y de sus fuentes de agua. Las plantas pueden incorporar compuestos de mercurio del suelo y de sus semillas si ellas lo han usado como fungicida. La concentración de mercurio en los peces, usualmente es mucho mayor que la del agua en que viven, porque tiene la capacidad de acumularse en los organismos vivos por largos periodos (“bioacumulación”) y, al ascender en la cadena trófica (“el pez grande se alimenta del chico”), su concentración va aumentando (“biomagnificación”). Muchos organismos acuáticos concentran metales pesados si viven en ambientes contaminados. Por ej. ostras y mejillones pueden contener niveles de mercurio y cadmio unas cien mil veces mayores que las del agua en que viven. En 1961 la FDA prohibió la venta del pez espada, al encontrar altas cantidades de mercurio.

El vapor de mercurio, y en menor grado sus sales, atacan el sistema nervioso central, pero el riñón e hígado son los principales órganos atacados. Los síntomas de la intoxicación dependen de su forma química: mercurio elemental, compuestos inorgánicos o orgánicos. Los principales efectos del mercurio sobre el ser humano son: daño al sistema nervioso, a las funciones del cerebro, reacciones alérgicas, irritación de la piel, cansancio, dolores de cabeza, daños en la esperma, defectos en los recién nacidos y abortos. Una vez liberado al medio ambiente, el mercurio no se descompone de manera inocua y se presenta en la atmósfera, en el agua y en el suelo.

En 1956 se produjo en Minamata, Japón, el caso más emblemático de contaminación humana por una planta de plásticos, que usaba una sal de  mercurio como catalizador y arrojaba sus residuos al mar. El metil-mercurio que se formó se acumuló en los peces a niveles de hasta 100 ppm (partes por millón). Miles de personas sufrieron el envenenamiento por mercurio, varios cientos murieron y se presentaron malformaciones en recién nacidos.

El manejo del mercurio se debe hacer con mucha precaución. La tendencia mundial es su eliminación gradual. En la medida que los esfuerzos continúen, los desechos de mercurio se convertirán en un tema crítico para la mayoría de las naciones. En la actualidad, sólo un número limitado de países tienen la capacidad o las instalaciones adecuadas para manejar sus desechos de manera ecológicamente segura.

BIBLIOGRAFÍA
·     DIGESA (2010). Morales. Exposición sobre el mercurio.
·     http://www.lenntech.es/periodica/elementos/hg.htm
·     MINAM (2010). De la Rosa, Alicia. Exposición sobre el mercurio. Grupo técnico del mercurio.
·     Colin Baird. “Química Ambiental” Ed. Reverté. España 2001.

Ing. LEONOR MÉNDEZ QUINCHO <leo.mendezq @ gmail.com>
ex-docente. Universidad Nacional Agraria La Molina.

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