NOTAS
SOBRE LA CHANCAPIEDRA
y LAS UÑAS DE GATO
En la década de los noventa
grupos de investigación brasileros aislaron de P. sellowianus un nuevo
alcaloide que se denominó filantimida con moderado efecto antiespasmódico, y se
usó como prototipo para la obtención de varios análogos (como fenil-succinimidas
y fenil-malemidas), los que presentaron una actividad antiespasmódica más
potente que la misma filantimida, además de propiedades analgésicas y
antifúngicas. Además, aislaron tres fitoesteroides muy comunes en las plantas,
como el estigmasterol, β-sitosterol y campesterol que nunca habían sido evaluados como
analgésicos y cuyos resultados farmacológicos indicaron también una acción
analgésica equivalente a la de la aspirina. Estos resultados plantean que el
efecto analgésico encontrado se debe al sinergismo de varios compuestos,
actuando probablemente por mecanismos diferentes.
LAS UÑAS DE GATO.- Se calcula
que hay unas 60 especies de Uncaria a
nivel mundial. Durante el boom de estas especies, en la década de 1990s, varias
especies de otras familias botánicas también se conocían como “Uña de gato”,
como la Bauhinia
aculeata (Cesalpinaceae), Byttneria
hirsuta (Esterculiaceae), Doxantha
unguiscatti (Bignoniaceae), Chondodendrum aculeatum (Verbenaceae), Mimosa acantholoba (Fabaceae), Zanthoxyllum fagara (Rutaceae), entre otras y, para
referirse a las Uncarias se las llamaba “uñas de gato verdaderas”. En esta
nota, usaremos el nombre común de “uña de gato” para las dos únicas especies
del género Uncaria que crecen el Perú:
Uncaria tomentosa y Uncaria guianensis,
de la Familia
Rubiaceae. Además, la U. tomentosa también se conoce como
garabato amarillo, mientras que a la
U. guianensis como garabato colorado por la
coloración de su corteza.
En la obra “La Uña de Gato y su Entorno”
(1994), Cabieses nos recordó que, aunque no hay registros de su uso, se sabe
que se han utilizado desde la antigüedad por las tribus. Narra también en esa
obra cómo el ciudadano peruano Luis Schuler, hijo de padres austriacos, estaba
afectado de varias dolencias, entre ellas un severo cáncer pulmonar, que no era
superado aún con el “tratamiento con cobalto” al que era sometido en Lima. A su
regreso a Pozuzo (a 80 km
de Oxapampa), una indígena, ama de llaves de la familia, le recomendó que usara
una corteza que se llamaba “Toront” que su padre, un curandero de la tribu
campa, utilizaba como anticonceptivo y para curar “bultos” y otras
tumoraciones. Ese tratamiento permitió al paciente vivir quince años más.
Aunque publicaciones en los años
1970s reportan diversos componentes químicos de estas Uncarias y de otras
especies del género, no ha sido hasta el año 1986 con los estudios de Wagner,
de la Universidad
de Munich, Alemania, que se demostró el efecto inmunomodulador de los
alcaloides oxindólicos tetracíclicos y pentacíclicos y posteriores estudios conjuntos
de los grupos de investigación de Lock y de Pizza, de la Pontificia Universidad
Católica del Perú y de la
Universidad de Salerno, Italia, respectivamente, así se fue conociendo
la presencia de otros componentes químicos como los glicósidos del ácido
quinóvico, que presentaron propiedades antiinflamatorias. En los últimos años
los estudios están orientados a los compuestos fenólicos por su propiedad
antioxidante.
REFERENCIAS
Yunes R.,
Calixto J. ed. 2001. Plantas
Medicinais, Argos – Editora Universitaria, Santa Catarina.
Lock, O. 2003. Tesis para optar
el Grado de Doctor en Ciencias Químicas, PUCP.
Dra. OLGA LOCK SING <olock2006@yahoo.es>
Sociedad Química del Perú
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