Para refutar la teoría de la
“generación espontánea” Pasteur estudió, en 1860, el aire atmosférico en su
laboratorio, en la cima de las montañas y bajos todas las circunstancias
concebibles. Observó que en los frascos calentados a ebullición y luego cerrados
herméticamente no había desarrollo de microorganismos, mientras que cuando los
abría se contaminaban. También utilizó para sus demostraciones frascos de cuello de cisne, en los que
hacía hervir el caldo hasta desplazar el aire del recipiente. Al enfriarse el
contenido y disminuir la presión interior el aire ingresaba nuevamente. Si éste
se dejaba entrar lentamente, las partículas en suspensión se depositaban (por
acción de la gravedad) en el cuello y no había un posterior desarrollo
microbiano mientras no se agitase o inclinase el recipiente. Pero si se
inclinaba el frasco y el caldo alcanzaba el cuello, ahí sí había un desarrollo
microbiano.
Los resultados de sus
investigaciones fueron publicados y le valieron un premio de la Academia de Ciencias.
Posteriormente, el 7 de abril de 1864, en un Simposio realizado en La Sorbona y con la presencia
de los más ilustres hombres de ciencia de la época, Pasteur logró refutar la
teoría de la generación espontánea e instaurar la teoría microbiana en la ciencia.
En 1865 comenzó a estudiar dos
enfermedades del gusano de seda y descubrió los agentes causantes de grandes
pérdidas en la sericultura. Ideó métodos para identificarlos y medidas que
evitaban su transmisión, salvando así la industria de la seda en Francia, en
Austria, Italia y el Asia Mayor.
Aunque en 1868 Pasteur sufrió una
hemiplejia que paralizó parcialmente su brazo y pierna izquierdos y no obstante
que tuvo que afrontar la pérdida de tres de sus hijos, su entereza y profundo
espíritu religioso, además de la importante y devota colaboración de su esposa,
le permitieron dedicarse al estudio de las enfermedades contagiosas y enunciar
la teoría germinal de las enfermedades. A su juicio, el origen y evolución de
las enfermedades se parecían al proceso de fermentación, ya que las patologías
surgían por el ataque de gérmenes provenientes del exterior del organismo.
En 1873 Pasteur fue incorporado a
El éxito y resonancia mundial de
sus descubrimientos fue tal que se hizo una colecta internacional para que el
científico desarrollara su instituto de investigaciones científicas. En
noviembre de 1886 presentó manifestaciones de insuficiencia coronaria. A pesar
de ello, con la ayuda de su esposa y de su fiel yerno, logró continuar
supervisando la creciente labor de sus colaboradores. El 14 de noviembre de
1888 se inauguró el Instituto que lleva su nombre, centro que tenía como
objetivo difundir la obra de Pasteur y desarrollar investigaciones sobre males
infecciosos.
Su salud
declinó progresivamente, su actividad se limitó a observar ocasionalmente las
tareas de su laboratorio y a recibir la visita de sus colaboradores. El 28 de
diciembre de 1895 falleció este gran hombre de ciencia después de una serie de
accidentes cerebro-vasculares.
Louis Pasteur recibió todos los
honores y reconocimientos que Francia (su patria) las sociedades científicas y
los gobiernos extranjeros le otorgaron, habiendo sido la creación del Instituto
Pasteur de París, que trabaja por el bien de la humanidad, uno de los más
apreciados. Sus contribuciones a la química, industrias alimentarias,
microbiología, inmunología, cirugía, entre otras, se debieron a su modestia,
perseverancia y laboriosidad en los campos en que incursionó y también, como
solía decir, a que “la casualidad
favorece sólo a las mentes preparadas”.
BIBLIOGRAFÍA
· http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Institut_Pasteur,_Paris_1.jpg
MSc. CARMEN RODRÍGUEZ BEST <carb @ lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina.
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