Los
corticoides o córtico-esteroides son los esteroides sintetizados en la corteza
de las glándulas suprarrenales a partir del colesterol. Son hormonas con
importantes propiedades farmacológicas, habiéndose constituido en un gran
avance para la medicina. Sin embargo, tienen severos efectos secundarios y
deben ser empleados con sumo cuidado.
Desde
1855 se conoce la “Enfermedad de Addison”, una grave enfermedad producida por
la destrucción de las glándulas suprarrenales. Entre 1936 y 1942 Edward C.
Kendall, Tadeus Reichstein y Philip S. Hench, aislaron 29 esteroides de
glándulas suprarrenales de buey y determinaron muchas de sus estructuras y
funciones. Por estas investigaciones, ellos fueron galardonados con el Premio
Nobel de Fisiología y Medicina 1950. Cuando se comenzó a usar la cortisona
(1949) en pacientes con artritis reumatoide (no existía tratamiento para ella)
fue considerada un medicamento casi milagroso por la mejoría obtenida. Después
de un tiempo de tratamiento aparecían efectos indeseables. La industria
farmacéutica empezó a sintetizar medicamentos similares buscando aumentar su
potencia y disminuir sus efectos secundarios. Comúnmente el nombre de
“cortisona” suele emplearse para referirse a cualquier medicamento sintético
similar a ella.
La
corteza de las glándulas suprarrenales elabora tres tipos de hormonas
esteroidales: gluco-corticoides (como cortisona y cortisol o hidrocortisona),
mineralo-corticoides (como aldosterona) y andrógenos (como testosterona) (ver
tema 101 de AQV). La producción de ellas es regulada por la hipófisis.
Los gluco-corticoides cumplen un rol
fundamental al regular el metabolismo de los azúcares, proteínas y lípidos.
Estimulan la formación de glucosa a partir de proteínas (gluco-neogénesis),
aumentan el nivel de glucosa en la sangre (energía para el organismo) y reducen
las proteínas de los músculos, huesos y piel. Ello provoca debilidad muscular,
mayor facilidad para fracturas por la reducción de la masa ósea y problemas en
la piel. El cortisol también es conocido como “la hormona del estrés”, su
concentración puede aumentar hasta diez veces en situaciones de estrés, temor,
rabia, angustia, etc.
Los mineralo-corticoides regulan el
equilibrio de electrolitos (especialmente del sodio y potasio) y la retención
de agua en las células, controlando la hinchazón o inflamación de los tejidos.
Además, evita que los glóbulos blancos lleguen a la zona inflamada, disminuyendo
las defensas y aumentando el riesgo a infecciones. Son considerados los más
potentes anti-inflamatorios, se utilizan para reducir la hinchazón alrededor de
los tumores y, si éstos presionan terminaciones nerviosas, puede reducir el
dolor y otros síntomas.
Los
corticoides no curan las enfermedades pero alivian sus síntomas. Están
indicados en afecciones en las que predominan los trastornos inflamatorios y
las que son causadas por el factor autoinmune. Así, se usan en el tratamiento
(“córtico-terapia”) de artritis, alergias, asma, la enfermedad de Addison,
reumatismo psoriásico, reumatismo articular agudo, etc. Se usan en los deportes
para aliviar el dolor de las lesiones. Cuando se inyectan a una articulación,
aumenta el riesgo de infecciones y de rotura de tendones. También disminuyen la
actividad de nuestro sistema inmunológico, por lo que se usan en los trasplantes
para evitar el “rechazo” del órgano trasplantado.
El
“efecto rebote” se produce cuando administramos dosis altas de corticoides y
nuestro organismo deja de producirlos intentando mantener el equilibrio
natural. Si este suministro se interrumpe abruptamente, habrá un déficit de
estas hormonas, lo que produce graves síntomas. La “Enfermedad de Cushing” se
origina por un aumento prolongado en su producción (por ejemplo por un tumor) y
origina aumento de peso (“cara de luna llena”), hipertensión, diabetes,
ansiedad, fatiga, trastornos del humor, fragilidad capilar y osteoporosis. Estos
efectos son similares a los producidos por su uso prolongado.
BIBLIOGRAFÍA
Q.F. JUAN JOSÉ LEÖN CAM <jjleon@lamolina.edu.pr>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina. PERÚ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario