jueves, 31 de julio de 2014

LAS HORMONAS SEXUALES

Las hormonas son mensajeros químicos que se sintetizan en las glándulas endocrinas (hipófisis, páncreas, tiroides, timo, etc.), se vierten a la sangre y se transportan a todo del organismo para controlar muchas funciones. Las hormonas sexuales son esteroides que se fabrican a partir del colesterol (ver tema # 94 de AQV) y se producen principalmente en las gónadas (ovarios y testículos), la placenta, las glándulas suprarrenales y el sistema nervioso.

En 1911 A. Pézard había advertido que la castración de un gallo provoca la regresión y muchas veces la atrofia de la cresta, un carácter sexual secundario. Los testículos eliminados deben contener la hormona andrógena (del griego andros, varón) responsable de los caracteres secundarios y de las funciones del sexo. Si a un gallo castrado se le administra tejido testicular o extractos de éste, vuelve a crecerle la cresta. En 1935 Ernst Laqueur aisló de testículos de toro una sustancia que llamó testosterona, que tiene una gran capacidad para estimular el crecimiento de la cresta de un gallo capón.

También se observó que al eliminar los ovarios de mamíferos hembras adultas se suprime su ciclo o “estro”, período rítmico de excitabilidad durante el cual la hembra recibe al macho y puede concebir. Si a los animales castrados se les administra extractos de ovario o se les transplanta tejido ovárico en otro lugar del cuerpo, se puede regenerar el estro. En 1935 se aisló el estradiol de extractos de ovario y se demostró que es la principal hormona femenina, con una actividad mucho mayor que la estrona y el estriol, previamente hallados.


La síntesis de las hormonas sexuales es controlada por las gonadotropinas que sintetiza la hipófisis. En la pubertad, la síntesis de gonadotropinas es mayor y ellas estimulan al testículo o al ovario a producir hormonas sexuales que originan los cambios propios de la pubertad. En la mujer la secreción de gonadotropinas es cíclica, en una secuencia que se repite aproximadamente cada 28 días durante su edad fértil (“ciclo menstrual”). En los folículos del ovario se producen dos tipos de hormonas sexuales: estrógenos (hormonas femeninas, la más importante es el estradiol) y progestágenos o gestágenos (hormona del embarazo, la más importante es la progesterona). Ambas desempeñan una función vital en la preparación del aparato reproductor para la recepción de la esperma y la implantación del óvulo fecundado.

Tanto los estrógenos como los andrógenos producen un “efecto de retroacción negativa”, es decir, son capaces de frenar la producción de gonadotropinas de la hipófisis, regulando ellas mismas su producción.

El estradiol se sintetiza antes de la ovulación y estimula la secreción del moco uterino (importante para que los espermatozoides lleguen al óvulo) y el engrosamiento del endometrio (membrana que cubre el interior del útero). Los altos niveles de estradiol activan un mecanismo que hace que el hipotálamo libere una gran cantidad de hormona luteinizante o LH, que origina la ruptura del folículo y la ovulación. Luego se forma un tejido que contiene un pigmento amarillo (cuerpo amarillo o lúteo o corpus luteum), el que segrega estradiol y progesterona y esta última causa el brusco cambio en las características del moco cervical uterino, lo que ocurre inmediatamente después de la ovulación o día 14. A partir de cierta edad (entre los 40 y 60 años) se reduce la producción de hormonas y cesan los ciclos menstruales (“menopausia”).

La progesterona fue aislada en 1934 en cuatro laboratorios distintos, siendo los primeros en anunciarlo Adolph Butenandt (compartió el Premio Nobel de Química, 1939) y U. Westphal. La progesterona es liberada por el cuerpo lúteo y prepara el endometrio y las mamas para la llegada del embrión. Si no hay embarazo, el endometrio es eliminado, produciéndose la menstruación.

El estado de ánimo (ansiedad e irritabilidad) que tienen muchas mujeres al final del ciclo menstrual (“fase lútea”) está relacionado con la disminución en los niveles de estradiol, progesterona y otros derivados. El aumento de sueño durante el embarazo se debe, en buena parte, a los altos niveles de progesterona. Durante la menopausia también ocurre esta disminución y origina cambios emocionales (nerviosismo, ansiedad, irritabilidad y depresión). Los niveles de estas hormonas son fundamentales en la ovulación y conducta sexual. Si se alteran estos niveles no hay ovulación ni habrá embarazo y éste es el efecto de las píldoras anticonceptivas.

La testosterona y otros andrógenos se producen en las células de Leydig del testículo. Producen los cambios en los caracteres sexuales masculinos y, además, son hormonas anabólicas, o sea, favorecen la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular, originando las diferencias musculares entre ambos sexos. Con la edad se reduce la producción de testosterona y los hombres mayores tienen cambios similares a la menopausia (andropausia), pero menos brusco que en las mujeres (disminución en la producción de espermatozoides y en la función sexual, a veces con cambios en el estado anímico).

Las hormonas sexuales están presentes en hombres y en mujeres, pero su concentración es muy diferente en ambos sexos y cambian a lo largo de la vida, particularmente en la mujer durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia. Así, los hombres adultos tienen unas 15 veces más testosterona que las mujeres, mientras que ellas tienen entre 5 y 10 veces más estradiol que los hombres. Los niveles hormonales son menores en niños y ancianos.

BIBLIOGRAFÍA
·   blogspot.com/2010/04/hormonas-sexuales-en-el-ser-humano.html
·   http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/43/las-hormonas-sexuales-y-el-cerebro
Q.F. JUAN JOSÉ LEÓN CAM <jjleon@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina. PERÚ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario