La “fermentación” es un proceso
conocido desde hace miles de años y la producción de alcohol etílico o etanol
se convirtió en un verdadero arte mucho tiempo antes de que la química fuese
conocida. Originalmente se hacía mezclando miel, frutas, bayas, cereales y
otras materias vegetales con agua y dejándola al sol. La mezcla se transformaba
en un líquido apreciado como alimento, como poción ceremonial o religiosa y
como medicina.
El etanol es un producto
biológico de la fermentación del azúcar o del almidón y es el constituyente de
las bebidas “fermentadas” (cerveza, vino, chicha, etc.). Cuando éstas se
someten a un proceso de destilación, se obtienen las bebidas “destiladas” (pisco, ron, vodka, whisky etc.)
que tienen un contenido alcohólico bastante mayor. Dentro de los alcoholes, el
etanol es el de menor toxicidad, los otros (metanol, propanol, butanoles,
etc.), que también se producen en pequeña cantidad en la fermentación, son
mucho más tóxicos.
La absorción del alcohol se inicia
en la mucosa bucal, continúa rápidamente en el estómago y en la porción
superior del intestino. Luego de absorbido, circula por todo el cuerpo a través
de la sangre. En el hígado, por acción de una enzima llamada alcohol deshidrogenasa, se transforma en
acetaldehído (un compuesto tóxico) y éste es luego transformado en ácido
acético (un componente normal de las células). Posteriormente, el ácido acético
se elimina como dióxido de carbono y agua en el hígado o en los tejidos
periféricos.
La actividad de la alcohol deshidrogenasa (y la capacidad
para metabolizar el alcohol) varía según el género y el grupo étnico de la
persona. Por ejemplo, las mujeres no son capaces de procesar alcohol a la misma
velocidad que los hombres. Muchas personas de origen asiático y americano
carecen de esta enzima y sufren reacciones indeseables al consumirlo.
Estudios realizados en el
Hospital de Administración de Veteranos en Houston, USA, demuestran que el
alcohol actúa como un depresor moderado que retarda la actividad física y mental.
Los estudios están orientados a determinar el riesgo del acetaldehído (formado
durante el metabolismo del alcohol) para alterar el metabolismo de la dopamina
(que transmite los impulsos nerviosos), y formar compuestos del tipo del opio
(principalmente norlaudanosina). De esta manera, el alcohólico crónico pasa a
ser un drogadicto por los compuestos generados en su propio organismo.
La respiración no sólo sirve como
un suministro de oxígeno, sino que también es una vía para eliminar tóxicos de
desecho, entre ellos algunas drogas volátiles como el alcohol. Se ha demostrado
que hay una relación directa entre la concentración de alcohol en la sangre y
en el aliento de la persona. En base a ello, se han desarrollado métodos
sencillos para saber si una persona ha bebido alcohol o no.
Por ejemplo, la prueba de
Breathalyzer consiste en una reacción de oxidación-reducción que produce el
alcohol (o el acetaldehído) del aliento. El analizador contiene pequeñas
cantidades de dicromato de potasio, ácido sulfúrico diluido y nitrato de plata.
El dicromato de potasio es un agente oxidante de color anaranjado que es
reducido por el alcohol o el acetaldehído transformándose en sulfato de cromo,
de color verde azulado. Si la persona ha consumido alcohol, su aliento produce
el cambio del color anaranjado al verde azulado.
Los efectos del alcohol en el
organismo dependen de su concentración: un 0,05 % de etanol en la sangre cambia
el estado de ánimo produce euforia y locuacidad y altera la coordinación de
movimientos finos. Al llegar a 0,1 % se presenta torpeza motora, inestabilidad
y lentitud de respuestas. Al superar el 0,2 % los síntomas de embriaguez son
evidentes y viene la etapa depresiva que puede llegar a la inconsciencia. Si la
concentración es mayor al 0,5 % se produce coma alcohólico y la muerte.
BIBLIOGRAFÍA
· BURKE,
B. 1991. Measuring Breath Alcohol Concentrations. Journal of
College Science Teaching 21: 176.
·
HOLUM,
H. 2003. Fundamentos de Química General, Orgánica y Bioquímica para Ciencias de
la Salud. Tercera
Reimpresión. Editorial LIMUSA, S.A. de C.V. Grupo Noriega Editores. México.
Dr. ELVITO VILLEGAS SILVA <elvito @ lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina.
HAY CAMERA CON SONIDOS DENTRO EL VAN PRA LA PRUBA DEL ALCOHOL?
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