El 30 de agosto de 1852 nació Jacobus Henricus Van’t Hoff en Roterdam (Holanda). En sus primeros años escolares demostró mucho interés por la poesía y la filosofía. A los 17 años se interesó por la ciencia y la naturaleza e ingresó a la Escuela Politécnica de Delft, donde fue un estudiante brillante y terminó su carrera de Química en dos años (en un programa de 3 años). Luego de su graduación (1871), decidió estudiar matemática en la Universidad de Leyden (Holanda) y química orgánica con los profesores F. Kekulé en Bonn – Alemania (1872 – 1873) y A. Wurtz en París – Francia (1873-1874).
De regreso a Holanda (1874) obtuvo su doctorado en la Universidad de Ultrecht y, a la edad de 22 años, hizo una revolucionaria propuesta: que las cuatro valencias del átomo de carbono tetravalente están dirigidas hacia los vértices de un tetraedro regular (geometría tetraédrica), en contraste con la idea predominante en esa época, que lo consideraba plano. Casi al mismo tiempo, Joseph Le Bel, un químico francés de 27 años hizo una propuesta muy similar. En consecuencia, cuando estos carbonos están unidos a 4 grupos o sustituyentes diferentes, pueden obtenerse 2 moléculas distintas que, como nuestras manos, una es la imagen en el espejo de la otra. De esta manera se pueden explicar los experimentos de Pasteur sobre el ácido tartárico y otros hechos experimentales de la naciente isomería óptica. Esto fue crucial para el entendimiento de la química orgánica y sentó las bases de la estereoquímica o estudio de las moléculas en las tres dimensiones.
Sus revolucionarias ideas fueron bien recibidas por Wislicenus pero no así por Kolbe quien, considerando un exceso de su juvenil imaginación, comentó: “Un cierto Dr. J. H. Van’t Hoff, del Colegio Veterinario, parece no tener gusto por la investigación química exacta. Él encuentra una tarea menos ardua montar su Pegaso (evidentemente prestado por el Colegio Veterinario) y elevarse a su Parnaso Químico, para mostrar en su obra LA QUÍMICA DEL ESPACIO cómo encuentra los átomos situados en el espacio”. Años después, Bragg comprobó, mediante análisis por rayos X que las ideas de Van’t Hoff y Le Bell eran correctas.
Uno de los aspectos a destacar es la gran imaginación que poseía Van’t Hoff para atacar los problemas químicos y encontrarles solución. Consideraba muy importante la imaginación en el trabajo científico. En su disertación inaugural como Profesor de Química de la universidad de Amsterdam (1878) discute el papel de la imaginación en el esclarecimiento de la relación entre causa y efecto y la tituló “El poder de la imaginación en la ciencia”. Después de un minucioso análisis de las biografías de un gran número de científicos, llegó a la conclusión que los más productivos tuvieron una gran imaginación y que, frecuentemente, también poseían grandes potencialidades artísticas.
En 1884 publicó su investigación titulada “Estudio de dinámica química”, en 1885 demostró que la presión osmótica de las disoluciones suficientemente diluidas es proporcional a su concentración y a la temperatura absoluta. En 1886 demostró que las disoluciones diluidas y los gases se comportan de una forma muy similar. En 1887 fundaron, junto con Ostwald, la influyente revista científica “Journal of Physical Chemistry”.
En 1901 recibió el Primer Premio Nobel de Química, por su trabajo pionero en la dinámica química y la presión osmótica de las disoluciones. Sus investigaciones sobre las sustancias en disolución tienen grandes consecuencias prácticas, cuyos beneficios se comprenderán mejor si recordamos que las reacciones químicas se producen fundamentalmente en disolución y que las funciones vitales de los organismos vivos se mantienen por procesos metabólicos que ocurren en disolución. El 1 de marzo de 1911 murió en Steglitz, cerca de Berlín.
BIBLIOGRAFÍA
1. Guevara R., Juan de Dios. “Figuras Cumbres de la Física y de la Química ”. Lima – Perú. 2000. P. 140 – 144.
MSc. Elvito F. Villegas Silva <elvito @ lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. U. Nacional Agraria La Molina
No hay comentarios:
Publicar un comentario