Los avances de naturaleza científica fueron muy lentos durante los siglos siguientes al decaimiento de la antigua civilización griega. La química estuvo rezagada en descubrimientos. Recién a finales del siglo XVIII, los trabajos del químico francés Antoine Laurent Lavoisier y de sus contemporáneos marcaron el principio de la era moderna.
Lavoisier nació en París el 26 de agosto de 1743, en el seno de una familia distinguida donde, sin lujos ni afectaciones, fue educado en la justicia y el amor al trabajo. Se recibió de abogado a la edad de veintiún años, aunque sus aficiones lo condujeron después al estudio de las ciencias naturales. En el año 1765, publicó su primer trabajo sobre el yeso, en el que utilizó un método cuantitativo. Sus experimentos se caracterizaron por el cuidado en las pesadas, el detalle de las mediciones y la meticulosidad en las notas. Esta metodología llamó tanto la atención, que en 1768 fue nombrado Miembro de la Academia de Ciencias, encargándosele opinar sobre todos los informes relacionados a cuestiones industriales que se sometían a dicha institución.
A la edad de veintiocho años, se casó con María Ana Paulze, joven de 14 años inteligente e instruida, quien supo apoyar a su esposo traduciéndole los trabajos de los sabios ingleses, ayudándole en el registro de sus experimentos y en la confección de las ilustraciones de sus libros, entre ellos del famoso “Tratado de Química”, que Lavoisier publicó en 1789.
Lavoisier en su Laboratorio
El laboratorio de Lavoisier estaba siempre abierto a los jóvenes investigadores y era lugar de reunión de lo más selecto de la ciencia y de la política de ese tiempo. Lavoisier dedicaba seis horas diarias a sus estudios científicos y un día a la semana a sus experimentos de laboratorio, que realizaba ante colegas y amigos de la política y de la nobleza. Sostenía el laboratorio con sus propios medios, pues su asombrosa capacidad de trabajo le permitía realizar sus investigaciones que eran el eje de su vida, cumplir con sus deberes académicos, ocuparse en la administración de contribuciones y en la dirección de sus fincas.
Lavoisier demostró que en una reacción química, la cantidad de materia es la misma al inicio y al final de la reacción. Los experimentos realizados proporcionaron las pruebas necesarias para proponer la Ley de la Conservación de la Materia. También investigó la composición del agua y denominó a sus componentes oxígeno e hidrógeno. Algunos de sus experimentos más importantes examinaron la naturaleza de la combustión, demostrando que es un proceso en el que se produce la combinación de una sustancia con el oxígeno. También comprobó la participación del oxígeno en la respiración de los animales y plantas.
La revolución química producida por las ideas de Lavoisier y de otros químicos permitieron el desarrollo de una nueva nomenclatura, obra que fue publicada con el nombre de “Método de Nomenclatura Química”, en la que se establecían reglas lógicas para designar los compuestos químicos.
A fines de 1792 Lavoisier tuvo que abandonar su laboratorio. Meses más tarde fue apresado y el 2 de mayo de 1794 fue decapitado en la guillotina, debido a que sus actividades oficiales, relacionadas con los impuestos, lo hicieron víctima de la Revolución Francesa. Su valiosa vida terminó cuando sólo contaba cincuenta y un años de edad.
A Lavoisier se le considera «El Padre de la Química Moderna », por sus detallados estudios sobre la oxidación de los cuerpos, el proceso de respiración animal y su relación con los procesos de oxidación, los procesos cíclicos de la vida animal y vegetal, el análisis del aire, el uso de la balanza para establecer su famosa Ley de la Conservación de la Materia , los estudios de calorimetría, etc. De todas sus contribuciones, la más importante quizás fue la idea de que los químicos tienen que medir y pesar con toda precisión. Los químicos jamás han olvidado la lección y desde entonces han tratado de ser «cuantitativos». Todas las contribuciones de la Química – nuestra vida, nuestro futuro – como son nuevos combustibles, aleaciones, alimentos, medicamentos, fibras, entre otros, tienen su origen en el hombre que dio a la química su nuevo rostro y enseñó a los químicos el camino correcto de la experimentación.
BIBLIOGRAFÍA
1. Guevara R., Juan de Dios. “Figuras Cumbres de la Física y de la Química ”. Lima-Perú. 2000. p. 36- 41.
2.http://www.jfrutosl.es/paginas/galeria/documentos/Lavoisier%20-%20Momentos%20estelares%20de%20la%20ciencia.pdfMSc. Carmen Rodríguez Best <carb @ lamolina.edu.pe>
Dpto. de Química. Univ. Nacional Agraria La Molina
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