Los
procesos biológicos o químicos que ocurren en el ambiente pueden transformar un
metal de un estado a otro, pudiendo transformarlo de sus formas inorgánicas
(iones o complejos metálicos) a orgánicas (compuestos organometálicos). El
mercurio (Hg) puede encontrarse en la atmósfera bajo tres formas diferentes:
como mercurio metálico (Hg0), como sal inorgánica o ion mercurio (Hg2+)
o como derivado organometálico (cuando tiene al menos un enlace metal-carbono).
La mayor parte del mercurio que penetra en el medio acuático se puede ionizar,
oxidar y transformar en Hg2+. Por la acción del oxígeno y
otros agentes químicos u organismos vivos que se producen derivados
organometálicos, de relevancia ambiental por ser neurotóxicos (capaces de provocar efectos adversos en el sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico y órganos de los sentidos).
En
esta transformación del mercurio, se ha observado que por la acción microbiana
ocurre su metilación y utiliza dos vías: una anaeróbica (en ausencia de oxígeno) y otra aeróbica (en presencia de éste). El metilmercurio formado [CH3Hg]1+, puede
concentrarse en los seres vivos acuáticos o puede ser nuevamente metilado por
microorganismos produciendo dimetilmercurio (CH3−Hg−CH3),
que es muy volátil e insoluble en agua, por lo que pasa del medio acuático a la
atmósfera y después cae por la lluvia y, si ésta es ácida, se convierte nuevamente
en metilmercurio completándose el ciclo.
El metilmercurio es unas cien veces
más tóxico que el Hg0 o el Hg2+
y puede concentrarse más de un millón de veces en los peces y mariscos, actuando
como una neurotoxina que puede llegar a causarles la muerte. La acumulación (bioacumulación)
de metilmercurio es un alto riesgo en océanos, mares, lagos, lagunas, ríos y humedales,
habiéndose observado un incremento creciente en especies destinadas al consumo
humano.
Cuando el metilmercurio está libre en el agua, atraviesa las membranas biológicas con facilidad y se incorpora rápidamente a la cadena trófica acuática. Esta característica, unida a su liposolubilidad (es soluble en grasas) y a su afinidad por los grupos sulfhidrilo (−SH) de las proteínas, lo hacen muy peligroso para todos los seres vivos. Debido a la contaminación de los ecosistemas acuáticos en los peces y mariscos el mercurio se encuentra mayoritariamente como metilmercurio pudiendo llegar a representar más del 90 % del mercurio total; bajo estas condiciones, los peces y mariscos acumulan mercurio en su organismo a lo largo de su vida, alcanzando mayor concentración en las especies de gran tamaño.
Al estudiarse los casos de contaminación
por mercurio en Japón e Iraq, se describen daños neurológicos en adultos y niños (muchos de ellos murieron). Los más
afectados fueron los fetos (el metilmercurio puede cruzar la placenta y afectar
el sistema nervioso) y los niños lactantes, los que fueron expuestos al
metilmercurio por los alimentos contaminados ingeridos por la madre. El cerebro
de los niños desde antes de nacer y durante sus primeros años de vida, está en
pleno desarrollo, absorbe los nutrientes e incrementa con rapidez la
concentración de metilmercurio.
BIBLIOGRAFÍA
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Biodiversity Research Institute. Gorham ,
Maine . BRI Science Communications
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–SIERRA, M.;
GÓMEZ–GALLEGO, M. 2007. Principios de Química Medioambiental.
Editorial SÍNTESIS, S. A. España.
Dr. ELVITO VILLEGAS SILVA <elvito@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad N. Agraria La Molina. PERÚ.