domingo, 31 de agosto de 2014

ESTEROIDES SEMI-SINTÉTICOS

Los primeros esteroides utilizados fueron extraídos de la orina, de ovarios, de testículos o de glándulas suprarrenales. Luego empezaron a sintetizarlos a partir de diversas materias primas como el colesterol que se usó para la síntesis de testosterona (1935) y de progesterona (1938) o el ácido desoxi-cólico (un ácido biliar) con el que se sintetizó cortisona. Debido a la escasez de la materia prima y a lo laborioso de los procedimientos, los productos eran demasiado costosos y solo se utilizaban en labores de investigación.

En 1939 Russell Marker desarrolló un método (la “Degradación de Marker”) que es la base para la producción de hormonas sintéticas y que, en 1942, le permitió obtener (en forma abundante y económica), progesterona y cortisona a partir de “diosgenina”, una sapogenina esteroidal que se encuentra en los tubérculos de una planta mexicana, el ñame o “cabeza de negro” (Dioscorea mexicana). Con ello, el precio de los esteroides bajó de ochenta a un dólar el gramo. Las sapogeninas esteroidales son un grupo de compuestos que se encuentran en algunas familias o géneros botánicos y son considerados la mejor materia prima para la semi-síntesis de esteroides. En 1944 Marker y dos socios fundaron en Ciudad de México la empresa Syntex S. A.



La idea de una píldora anticonceptiva nace en 1937 cuando se comprobó que las inyecciones de progesterona suprimen la ovulación en conejas. Las píldoras anticonceptivas contienen hormonas similares a las producidas en los ovarios y actúan disminuyendo la producción de gonadotropinas con lo que se suprime la ovulación. Pueden contener una mezcla de estrógenos y progestinas o progestágenos (sustancias de actividad similar a la progesterona) o solo progestinas. Además de evitar la ovulación, producen el engrosamiento de la mucosidad del cuello uterino (dificultando el ingreso del espermatozoide) y, por si falla lo anterior, también afectan el endometrio (revestimiento del útero) evitando que el óvulo fertilizado se anide en sus paredes.

En 1938 se sintetizó el etinil-estradiol un estrógeno activo por vía oral que es uno de los componentes más utilizados en las píldoras anticonceptivas, pero la invención de “la píldora” es atribuida al químico mexicano Luis Miramontes porque, en 1951, culminó una serie de reacciones con las que sintetizó la nor-etisterona (o nor-etindrona) la primera progestina oral altamente activa y el compuesto base del primer anticonceptivo oral sintético, aunque la patente de la síntesis fue compartida con Carl Djerassi y George Rosenkranz. A diferencia de la progesterona, la nor-etisterona no es afectada por los jugos digestivos y se mantiene eficaz al ingerirse por vía oral. Además, su efecto es mucho mayor que el de la hormona natural. En 1960 la Food and Drug Administration (FDA) autorizó la venta de la píldora como anticonceptivo oral y en 1961 empezó su comercialización. En el 2003 la nor-etisterona fue considerada una de las 17 moléculas más importantes en la historia de la humanidad.

En los años 1970 se demostró que los anticonceptivos orales aumentaban el riesgo de daños cardiovasculares y que los productos con más estrógenos estaban relacionados con mayores casos de embolia pulmonar, trombosis cerebral y coronaria. Con la finalidad de obtener mayor eficacia y evitar los efectos indeseables se disminuyeron las dosis (microdosis) y se modificó la combinación de hormonas. Actualmente es considerado un método muy seguro y con una eficacia superior al 99%, pero siempre debemos recordar que no protege contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

La píldora anticonceptiva es considerada uno de los inventos más importantes de la humanidad y el “fármaco más estudiado de la medicina”. Pocos acontecimientos han tenido efectos tan profundos sobre aspectos tan variados y sensibles del ser humano como son su sexualidad y reproducción. Las mujeres pueden liberar su vida sexual de la maternidad y con ello se ha progresado en la búsqueda de la igualdad entre ambos sexos.


En 1953 se descubrió, en forma casual, que algunos esteroides sintéticos poseen una actividad biológica mucho mayor (y menores efectos secundarios) que los naturales, aunque sus estructuras sean muy similares. Así, la actividad anti-inflamatoria y mineralo-corticoide de la dexametasona y la prednisona es varias veces mayor que las hormonas naturales. Con estos esteroides se han desarrollado medicamentos que se usan en la actualidad.

La testosterona y otros esteroides anabólicos sintéticos aumentan la síntesis de proteínas, lo que incrementa el tamaño y resistencia de las fibras musculares. Por ello muchos atletas los han utilizado para mejorar su rendimiento. En la mayoría de deportes están prohibidos porque son una forma de dopaje y su uso frecuente presenta el riesgo de efectos adversos.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75262010000400001

Q.F. JUAN JOSÉ LEÓN CAM <jjleon@lamolina.edu.pe>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina. PERÚ.

viernes, 15 de agosto de 2014

CORTISONA Y CORTICOIDES

Los corticoides o córtico-esteroides son los esteroides sintetizados en la corteza de las glándulas suprarrenales a partir del colesterol. Son hormonas con importantes propiedades farmacológicas, habiéndose constituido en un gran avance para la medicina. Sin embargo, tienen severos efectos secundarios y deben ser empleados con sumo cuidado.

Desde 1855 se conoce la “Enfermedad de Addison”, una grave enfermedad producida por la destrucción de las glándulas suprarrenales. Entre 1936 y 1942 Edward C. Kendall, Tadeus Reichstein y Philip S. Hench, aislaron 29 esteroides de glándulas suprarrenales de buey y determinaron muchas de sus estructuras y funciones. Por estas investigaciones, ellos fueron galardonados con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina 1950. Cuando se comenzó a usar la cortisona (1949) en pacientes con artritis reumatoide (no existía tratamiento para ella) fue considerada un medicamento casi milagroso por la mejoría obtenida. Después de un tiempo de tratamiento aparecían efectos indeseables. La industria farmacéutica empezó a sintetizar medicamentos similares buscando aumentar su potencia y disminuir sus efectos secundarios. Comúnmente el nombre de “cortisona” suele emplearse para referirse a cualquier medicamento sintético similar a ella.


La corteza de las glándulas suprarrenales elabora tres tipos de hormonas esteroidales: gluco-corticoides (como cortisona y cortisol o hidrocortisona), mineralo-corticoides (como aldosterona) y andrógenos (como testosterona) (ver tema 101 de AQV). La producción de ellas es regulada por la hipófisis.

Los gluco-corticoides cumplen un rol fundamental al regular el metabolismo de los azúcares, proteínas y lípidos. Estimulan la formación de glucosa a partir de proteínas (gluco-neogénesis), aumentan el nivel de glucosa en la sangre (energía para el organismo) y reducen las proteínas de los músculos, huesos y piel. Ello provoca debilidad muscular, mayor facilidad para fracturas por la reducción de la masa ósea y problemas en la piel. El cortisol también es conocido como “la hormona del estrés”, su concentración puede aumentar hasta diez veces en situaciones de estrés, temor, rabia, angustia, etc.
Los mineralo-corticoides regulan el equilibrio de electrolitos (especialmente del sodio y potasio) y la retención de agua en las células, controlando la hinchazón o inflamación de los tejidos. Además, evita que los glóbulos blancos lleguen a la zona inflamada, disminuyendo las defensas y aumentando el riesgo a infecciones. Son considerados los más potentes anti-inflamatorios, se utilizan para reducir la hinchazón alrededor de los tumores y, si éstos presionan terminaciones nerviosas, puede reducir el dolor y otros síntomas.

Los corticoides no curan las enfermedades pero alivian sus síntomas. Están indicados en afecciones en las que predominan los trastornos inflamatorios y las que son causadas por el factor autoinmune. Así, se usan en el tratamiento (“córtico-terapia”) de artritis, alergias, asma, la enfermedad de Addison, reumatismo psoriásico, reumatismo articular agudo, etc. Se usan en los deportes para aliviar el dolor de las lesiones. Cuando se inyectan a una articulación, aumenta el riesgo de infecciones y de rotura de tendones. También disminuyen la actividad de nuestro sistema inmunológico, por lo que se usan en los trasplantes para evitar el “rechazo” del órgano trasplantado.


 Prolongados tratamientos con corticoides pueden producir efectos indeseables como alteraciones del balance de agua y electrolitos, edema (retención de líquidos) e hipertensión arterial, aumento de glucosa en sangre y orina, disminución de las defensas y un mayor riesgo de infecciones. La aparición de estos efectos secundarios guarda relación con la dosis y la duración del tratamiento. Por esta razón, se recomienda usarlos solo en afecciones graves y en forma temporal. En estas condiciones, casi no hay efectos secundarios y éstos desaparecen al término del tratamiento. En el asma, la inhalación de corticoides para desinflamar la mucosa bronquial es uno de los tratamientos más utilizados y parece producir pocos efectos secundarios.

El “efecto rebote” se produce cuando administramos dosis altas de corticoides y nuestro organismo deja de producirlos intentando mantener el equilibrio natural. Si este suministro se interrumpe abruptamente, habrá un déficit de estas hormonas, lo que produce graves síntomas. La “Enfermedad de Cushing” se origina por un aumento prolongado en su producción (por ejemplo por un tumor) y origina aumento de peso (“cara de luna llena”), hipertensión, diabetes, ansiedad, fatiga, trastornos del humor, fragilidad capilar y osteoporosis. Estos efectos son similares a los producidos por su uso prolongado.

BIBLIOGRAFÍA

Q.F. JUAN JOSÉ LEÖN CAM <jjleon@lamolina.edu.pr>
Departamento de Química. Universidad Nacional Agraria La Molina. PERÚ.